Quizás.

¿Has pensado alguna vez en besar mis labios?

¿En mirarme profundamente a los ojos?

¿En que mi mano acaricie el largo de tu espalda?

¿En sentir mi beso húmedo en tu cuello?

¿En que dé rienda suelta a mi lengua sin mediar palabra?

¿En descubrir tus defectos y mostrarme tus virtudes?

¿En aunar nuestro calor fogoso?



Entonces, quizás, deberíamos.
Quizás.

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